Después de hoy
l Poder Judicial en México era un cuarto cerrado, oscuro y sin ventilación, que de tan encerrado ya olía muy mal.
Lo más profundo y transformador de la votación histórica de ayer es que ahora será una caja de cristal abierta y ventilada para estar en sintonía con el amanecer de esta nueva era llena de luz y transparencia.
¡Antes como antes! ¡Ahora como ahora!
Carlos Noriega Félix
Celebra formar parte de este histórico proceso electoral
Siento una gran satisfacción después de emitir mi voto por un nuevo Poder Judicial, pues no dejé pasa una oportunidad histórica. Creo que con mi participación contribuí a quitar la venda que tapaba los ojos a la justicia y ahora sí podrá vernos a todos, pobres y ricos, y ya no se venderá a los millonarios evasores de impuestos, y aspirar a ser el México justo que anhelamos todos.
¡Felicitaciones a todos los ciudadanos que votamos y bienvenido el nuevo Poder Judicial electo por nuestro sufragio!
Benjamín Cortés V.
Se equivocaron quienes decían que el PJ no se toca
, asegura
Con los pocos o muchos votantes en esta elección, hubo numerosas personas estudiando los perfiles y las trayectorias de los candidatos y tratando de enterarse sobre su carrera profesional para poder hacer su propio acordeón.
En este proceso electoral se estudió por horas, en lo individual o en grupos, con o sin partido, la información del portal de Internet. Hubo quienes pedían más detalles sobre los participantes, y otros cruzábamos (comparábamos) los distintos acordeones.
Es posible que –a pesar de estos esfuerzos– nos hayamos equivocado al optar por algunos candidatos o candidatas. Esperemos que no sea así, pero si fuera el caso, lo más probable es que el nuevo Poder Judicial que resulte de esta elección no va a cometer tropelías que superen las que el viejo Poder Judicial perpetró.
Sus resoluciones en contra de los intereses nacionales, de los trabajadores en activo y pensionados, así como de otros sectores populares, de los deudores de la banca, etcétera.
El nuevo Poder Judicial no podrá revertir sentencias como la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictó el 17 de febrero de 2021, mediante la cual determinó que todos los juzgados de distrito y tribunales colegiados estarían obligados a resolver en contra de los trabajadores que tenían en ese momento procesos judiciales en curso reclamando que su pensión y sus aumentos anuales se determinaran con base en el incremento del salario mínimo y no de la unidad de medida actualizada. Esa resolución judicial sólo podrá ser anulada por el Poder Legislativo mediante una reforma constitucional. Sin embargo, hoy ya hay algo que celebrar: se equivocaron quienes decían que el Poder Judicial no se toca
.
Carolina Verduzco Ríos
Sorpresa por el texto Jueces y asco
, de Fabrizio Mejía Madrid
Con sorpresa leo en el artículo Jueces y asco
, de Fabrizio Mejía Madrid (La Jornada, 31/5/25, p. 10), que plantea la importancia de la emocionalidad en relación con la elección de los jueces en el Poder Judicial, señalando que éstos no deben ser neutrales y deben fallar a favor de los pobres.
Esto dicho sin una propuesta que elimine las injusticias, opresión y explotación a que son sometidos en el sistema capitalista. Lograr esto último es una cuestión de organización, conciencia política y voluntad de cambio histórico, no sólo de emocionalidad.
El autor resulta partícipe de una dinámica de apaciguamiento judicial.
José María Martinelli
Respuesta del articulista
Celebro su sorpresa, una emoción propia de lo inesperado. Pero si bien mi texto era sobre la elección histórica de juzgadores en México este domingo y no sobre una propuesta que elimine injusticias, opresión y explotación a que son sometidos en el sistema capitalista
, creo que su reacción de desconcierto parte de una confusión teórica entre afecto y emoción.
El afecto es una intensidad precultural y prelingüística del cuerpo. Por su parte, la emoción es una interpretación de ésta que puede ser política y social. La emoción no es algo que tenemos adentro, sino que se enmarca en una negociación con los demás para establecer intenciones, juicios, pareceres morales y políticos.
Es una confusión muy propia del siglo XIX creer que las emociones son inferiores a la razón y socialmente irresponsables. Eso llevó a los liberales a pensar a inicios del siglo XX que, por separado, cada individuo era muy racional, calculando costos y beneficios, pero que, cuando se juntaba con otros, se convertía en una masa irracional y pendenciera.
Por eso había que apaciguar las emociones y reducirlas a las cuatro paredes de lo privado. Sin embargo, resulta que la emoción social desencadena la moral, la idea del bien y del mal, de la propia justicia y de la voluntad de cambio histórico
, que es –qué cosa– otra forma de emocionalidad: el sentimiento de estar viviendo un cierre con el pasado y encaminándonos como pueblo y patria a un futuro compartido. Justo lo que muchos sentimos este domingo al salir de las urnas.
Fabrizio Mejía Madrid