Opinión
Ver día anteriorLunes 23 de junio de 2025Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ciudad perdida

El miedo no anda en Trump // Supremacistas buscan limpieza étnica y exterminio // En Irán, el viejo e increíble argumento del arsenal nuclear

E

l momento obliga: estamos en lo dicho, el mundo no teme a Estados Unidos por su poder nuclear, el mundo teme a Estados Unidos porque tiene a Donald Trump. De eso no existe duda.

Y no hay mucho que agregar: sí, la humanidad está en peligro y algo se nos esconde, porque no es posible que los actores de la guerra pretendan ignorar que un conflicto armado mundial ahora, sólo sería el último enfrentamiento entre los humanos actuales.

Muchas páginas de la historia nos muestran que hubo momentos en que los supremacistas trataron de borrar del planeta a quienes suponían y suponen inferiores. Los métodos que se usaron para liquidar a quienes no parecían sus iguales han sido también muchos, todos letales, todos imposibles de justificar. Lo mismo los campos de exterminio que los bombardeos incesantes. Los métodos variaron, no la intención: el exterminio.

Hoy pareciera que se ensaya una nueva estrategia de destrucción, una en la que el aniquilamiento de una parte de la especie, la mayor parte, tenga como móvil el odio y no un proyecto; una especie de limpieza étnica en la que los habitantes de la Tierra sólo sean aquellos que por su raza hayan sido protegidos por alguna hegemonía.

En su discurso de ayer frente al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), su secretario general, Antonio Guterres, lamentó que el llamado que hizo para dar una oportunidad a la paz mundial –que depende de muy pocos– no fuera atendido; en cambio, el bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes dio un giro peligroso en una región que ya está tambaleándose. Corremos el riesgo de caer en una ratonera de represalias tras represalias, dijo el diplomático, y agregó que la gente de la región –y del mundo, diríamos nosotros– no puede soportar otro ciclo de destrucción, explicó un Guterres que tiene más que claro que sus puntos de vista ni sus pedimentos no serán escuchados, porque la paz no es una prioridad para un grupo de supremacistas que tiene un proyecto claro de que quiere obtener la hegemonía.

Y es que junto con la ineficacia de la ONU está la poca credibilidad de quienes protagonizan la guerra. El embajador ruso ante el organismo internacional puso sobre la mesa, ayer también en el Consejo de Seguridad, el argumento de Estados Unidos en 2003 para atacar a Irak, ese que hablaba del peligro que significaba para el mundo que el gobierno de Saddam Hussein manejara arsenales de armas químicas y biológicas que se aseguró tenía. Nunca se pudo probar que existieran, pero se destruyó a un país contrario a los intereses de Estados Unidos. Hoy, ¿qué se pretende? ¿Habrá alguien que crea el argumento de la fabricación de una bomba nuclear en Irán?

Pero todo eso es lo de menos, lo de fondo es el riesgo de la destrucción. Nadie, ni todas las naciones del mundo juntas, podrían detener las intenciones de un personaje como Donald Trump. Por eso insistimos: el mundo no teme a Estados Unidos por su fuerza nuclear, le teme porque tiene a Trump. Eso es todo.

De pasadita

Fue una alucinación. Por un momento me pareció ver a un agente de tránsito ordenar el tráfico en alguno de los cruces conflictivos de la Ciudad de México. Caía la lluvia y el nudo vial prometía varios minutos u horas de completo caos, pero el policía deshizo el nudo y la circulación se normalizó.

Fue una alucinación. Minutos después miré a otro agente que bien resguardado escudriñaba los documentos de un viejo que manejaba un auto también pasado de moda, mientras a sus espaldas los bocinazos, que el agente ignoraba, gritaban por un alivio vial que no llegaba. Esa escena se repitió cuando menos una vez más. La del agente dirigiendo el tránsito no volvió, pero sin duda es bonito soñar.