odo indica que el actual modelo dominante de globalización creado y perfeccionado por corporaciones y bancos es ya insostenible y está siendo cuestionado y sustituido por formas alternativas impulsadas por la organización social de pequeña escala. Hoy existen dos maneras de enfrentar la crisis social y ambiental que sufre el mundo contemporáneo bajo el modelo global. La primera gira en torno del concepto de lo local
. Esta corriente ha sido encabezada por Helena Norberg-Hodge, lingüista y cineasta, fundadora y directora de Local Futures, organización que se dice comprometida con la revitalización de la diversidad cultural y biológica, así como con el fortalecimiento de las comunidades y economías locales en todo el mundo
(ver libro Nuestro futuro es local: https://www.localfutures.org/publications/local-is-our-future-book-helena-norberg-hodge/).
Local Futures, con antigüedad de varias décadas y presencia en 30 países, ha producido numerosos libros y reportes, así como documentales y películas. La organización induce la descentralización y se opone a la globalización bajo el dominio de corporaciones y bancos y pregona una economía de la felicidad
. Recomiendo al lector ver el video de 42 minutos The Power of Local ( El poder de lo local), donde se muestran experiencias exitosas de Francia, Polonia, Finlandia, Inglaterra, Tailandia, Nueva Zelanda, Brasil, México y dos países africanos. En nuestro país esta organización está encabezada por Patricia Moguel y Anja Lyngbaeky, quienes acaban de realizar un webinario sobre el tema.
La segunda manera gira en torno al concepto de lo pequeño
. Y es la que adoptan, explícita o implícitamente, los movimientos sociales, partidos y gobiernos progresistas o de izquierda. Esta idea atraviesa las propuestas que se hacen por buena parte de la América Latina. En México el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió dejar de apoyar a los medianos y grandes del periodo neoliberal y enfocar sus programas en los pequeños. La llamada Cuarta Transformación (4T) es en esencia una iniciativa dirigida a apoyar lo pequeño. Dos ejemplos concretos son el Programa Sembrando Vida, que apoyó a 540 mil sembradores entre 2018 y 2024, y el Programa de Agricultura para el Bienestar con más de 400 mil participantes. Entre ambos programas se alcanzan casi un millón de pequeños productores.
No puede dejar de señalarse que en el fondo ambas corrientes inducen el empoderamiento social mediante iniciativas colectivas y de cooperación sobre alimentos, agua, energía, comunicación y servicios financieros.
Dos ejemplos emblemáticos de lo anterior son la cooperativa Tosepan Titataniske, en el medio rural de la Sierra Norte de Puebla, y Acapatzingo, de caracter urbano en Iztapalapa, Ciudad de México.
Muy ilustrativo es el caso de las cooperativas financieras o de ahorro y préstamo. De acuerdo con los reportes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV, 2023) para 2023, existían 155 cooperativas con 8 millones 869 mil cooperativistas en 18 mil cooperativas y una cartera vigente de 127 mil 753 millones de pesos. El reporte informa que el sector cooperativo altamente dinámico creció casi al doble del correspondiente a la banca múltiple y sus 50 bancos (ver: https://lacoperacha.org.mx/radiografia-del-cooperativismo-en-mexico/). En suma, el panorama en el país es muy positivo, pues con la llegada de la Cuarta Transformación se han potenciado las sinergias entre el gobierno y una infinidad de iniciativas locales y pequeñas. Por ello afirmamos que el futuro se construirá siguiendo esos rumbos tan esperanzadores como posibles.