Domingo 15 de junio de 2025, p. 4
En el próximo periodo extraordinario, una de las iniciativas que la presidenta Claudia Sheinbaum debe enviar sin falta al Congreso es la de la Ley de Bienestar Animal, relacionada con la prohibición del cautiverio de delfines y otros mamíferos marinos, pues a través de dicha norma se impedirá la explotación y maltrato de esos animales, algunos de los cuales están en peligro de extinción.
Así lo afirmó Adriana Buenrostro, directora política de la organización civil Animal Heroes, quien señaló que los empresarios que lucran con los delfines han presionado para evitar la aprobación final del dictamen, por lo que se debe garantizar ya que los delfines no sean utilizados para entretenimiento del público en acuarios.
En entrevista con La Jornada, la activista recordó que desde hace al menos tres legislaturas han insistido en que la ley sea avalada por el Congreso, en gran medida por el caso viral
de Mincho, un delfín que en 2020 sufrió un grave accidente al caer de lleno en el concreto, luego de ser obligado por los dueños de un hotel a ejecutar un salto en una alberca demasiado pequeña, pese a saber que el cetáceo tenía problemas de visión.
Buenrostro recordó que en la 65 Legislatura se aprobó una iniciativa en San Lázaro para prohibir la reproducción de mamíferos marinos en cautiverio y su uso en espectáculos, por lo que actualmente Animal Heroes exige hacer efectivo ya el fin de la reproducción, pues eso perpetua la explotación de los animales presos.
Asimismo, la organización demanda prohibir el contacto humano con los delfines, en actos de entretenimiento donde los cetáceos están expuestos a lastimaduras, y la creación de santuarios donde pasen lo mejor posible el resto de su vida, sin ser explotados.
Como se informó en este diario, en 2022 la Cámara aprobó –sin pasar por comisiones– una iniciativa del PVEM que había sido impulsada desde 2017, que prohibió la captura de delfines, pero extendió las concesiones hasta que los cetáceos actualmente en cautiverio mueran. Dichos animales pueden vivir hasta 40 años.
La activista recordó que las empresas que lucran con los delfines han realizado un cabildeo muy fuerte para evitar que avancen las normas de protección para estos animales, por lo que enfatizó la urgencia de no retrasar más dicha ley.