de la América colonialsonaron en el Museo del Prado
El concierto con el ensamble The Rare Fruits Council acompaña la muestra sobre la Virgen de Guadalupe

Domingo 15 de junio de 2025, p. 4
Madrid. Algunas de las piezas más bellas del llamado barroco de la América colonial
sonaron en el auditorio del Museo del Prado, en un concierto que forma parte de las actividades paralelas a la exposición Tan lejos, tan cerca, cuya inspiración es la figura de la Virgen de Guadalupe, pretexto para recuperar el valor artístico del arte virreinal
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El concierto fue ejecutado por uno de los ensambles más prestigiosos de Europa en música barroca, el The Rare Fruits Council, que estuvo dirigido por el musicólogo e investigador Manfredo Kraemer, quien eligió piezas inspiradas en las vírgenes de Guadalupe de México y de Bolivia, con obras de compositores como los maestros Antonio de Salazar (1650-1715), Manuel de Sumaya (1690-1755) e Ignacio Jerusalem (1707-1769).
El responsable de la investigación histórica para la elección de las piezas fue el musicólogo y compositor Bernado Illari, especialista en música latinoamericana y profesor en la Universidad de North Texas, quien explicó quese trata de una investigación hecha concierto, un trabajo de gran rigurosidad de fuentes, prácticas y contextos utilizado de base para imaginar la mejor música posible
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Explicó que la historia es sencilla, pero fascinante. A un lado del mundo, la Virgen de Guadalupe de México, que se aparece a un indígena en 1531 y termina siendo emblema del alma de un continente. Al otro, una Guadalupe pintada por el fraile Diego de Ocaña, enviada a Bolivia para recaudar limosnas, y que acabó generando un fervor local que hoy llena calles y catedrales con procesiones danzadas y coplas populares. La devoción fue doble, pero la emoción, compartida. Y la música, ese lenguaje común que lo explica todo sin decir casi nada, no podía faltar. En México y en Chuquisaca (actual Sucre), las grandes celebraciones marianas se tejieron con un repertorio que combinaba la solemnidad litúrgica con la vitalidad del villancico barroco. Un lenguaje festivo y teatral
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El concierto fue una selección inédita y cuidadosamente documentada de piezas compuestas en los siglos XVII y XVIII en torno a las dos Guadalupes. Por un lado, la tradición chuquisaqueña, liderada por el maestro peninsular Juan de Araujo y sus sucesores criollos Roque Jacinto de Chavarría, Blas Tardío de Guzmán y Manuel Mesa, quienes desarrollaron un estilo local de gran riqueza expresiva. Por otro, el repertorio mexicano con obras de Antonio de Salazar, Manuel de Sumaya e Ignacio Jerusalem, cuyas composiciones traen ecos del barroco europeo, pero con acento propio. En ambos casos, la música sirvió para explicar lo sagrado desde lo cotidiano: arias que acarician, motetes que conmueven y villancicos que hacen sonreír. A través de ellos, se intentó explicar cómo el amor por Guadalupe fue también una forma de hacer música, de crear identidad y de cantar el mundo con acento propio.
The Rare Fruits Council, uno de los ensambles más valorados del panorama barroco europeo, está formado por músicos que colaboran habitualmente con grupos como Musica Antiqua Köln, Les Arts Florissants, Concerto Köln o Jordi Savall; el grupo combina rigor histórico con una expresividad escénica que trasciende lo académico. El interés común de sus integrantes por explorar la triosonata, género camerístico barroco por excelencia, dio lugar al nacimiento de la agrupación. Entre sus grabaciones destacan Harmonia Artificioso-Ariosa (1996), de Heinrich Ignaz Franz von Biber, que ganó el Diapason d’Or y el Grand Prix de la Académie du Disque, y fue unánimemente aclamado por la crítica especializada internacional como el registro de referencia de dicha obra, o Rariora & Marginalia (2003), selección de frutos musicales
escasamente difundidos de Georg Muffat, Philipp Friedrich Böddecker y Antonio Bertali, entre otros. El nombre del grupo, alusión a los floridos títulos naturalistas de innumerables ediciones musicales del periodo barroco, es también una declaración de un propósito estético: como en el acertijo, descubrir lo familiar que se oculta bajo un traje exótico, o como en el arte, renovar el asombro e iluminar desde una perspectiva inusual un objeto ya conocido
, según explican ellos mismos. Sus intérpretes son Elionor Martínez, soprano; Judit Subirana, soprano; Daniel Folqué, alto; Víctor Cruz, tenor; Manfredo Kraemer y Guadalupe del Moral, violines; Balázs Máté, violonchelo; Sara Águeda, arpa, y Alfonso Sebastián, clave.