Miércoles 4 de junio de 2025, p. 30
Pekín. En la cultura china, la familia es la base de la sociedad y pilar de valores. Es tan importante que Zhou Zhiqiu trabaja 18 horas al día para cuidar de su núcleo formado por su esposo, padres y su hijo recién casado.
Ella dice ser un ejemplo de las mujeres chinas, a quienes define como trabajadoras, pues ella misma es administradora, cocinera, mesera y garrotera en su restaurante.
Se trata de un lugar donde ofrece comida casera todos los días. Es el cuarto comedor que abre luego de tres intentos fallidos: no es fácil abrir un restaurante, no se gana tanto dinero
, dice la mujer oriunda de la ciudad de Chongqing, en la provincia de Sichuan.
A diario, Zhou se acuesta a las 3 de la madrugada –a veces a las 5– y se levanta a las 9 para preparar la comida, como bok choy o col china salteada, dumplings, fideos, ensaladas y salteados de carne, entre otros platillos.
También cobra a los clientes, les sirve, coordina a otra cocinera y al final del día cuenta las ganancias y las administra. En los momentos que no hay comensales aprovecha para tratar de descansar un poco.
Pese al esfuerzo diario, dice que los dividendos son tan pocos que ella misma procura hacer la mayor cantidad de trabajos para no contratar más personal y no pagar tantos salarios.
Frente a su esposo afirma que, al menos en su restaurante, las mujeres son mejores que los hombres
porque están acostumbradas a hacer varias labores al mismo tiempo, desde la comida hasta la limpieza. Soportan muchas dificultades
.
No obstante, Zhou reconoce el trabajo de su marido, quien madruga para comprar los alimentos y le ayuda a manejar una computadora o celular para hacer cobros.
“Cuando eres joven puedes hacerlo todo, y cuando ya tienes más de 50 años, como yo, no puedes hacerlo porque ya estás cansado, pero no hay más quien lo haga, así que debemos esforzarnos mucho.
Hay ancianos de 80 años en mi familia, tengo un hijo que acaba de casarse, tiene un bebé y necesita dinero, así que tenemos que ganar algo para nosotros mismos, preocuparnos por nuestro futuro. Debemos trabajar duro, estar dispuestos a hacerlo para cuidar a la familia, y también de mí misma para cuando me jubile. Las mujeres de Chongqing somos así, somos mejores que los hombres
.